El dibujo infantil
Una forma a partir de la
cual el niño es capaz de representar la realidad es el dibujo, mediante
el cual puede plasmar en una hoja de papel (normalmente) sus
representaciones.
En un comienzo, el dibujo surge de la
actividad motora, como prolongación de ella, y los primeros dibujos se
limitan a reproducir movimientos de la mano que dejan una huella:
movimientos de zigzag, movimientos circulares u ondulaciones que
reflejan los movimientos de la mano. Con ello, el niño imita movimientos
y pronto imitará también los objetos o personas que le rodean, tratando
de recoger las características que le llaman más la atención. El dibujo
es una forma de imitar la realidad y por ello guarda un gran parentesco
con la imitación. Una de las características del dibujo infantil es su
intento de reproducir la realidad, de imitarla.
El niño goza expresándose a través de los dibujos y experimentando, por lo que la relación entre juego y dibujo es muy grande.