El niño no tiene intención de representar en el papel (o en el soporte que sea) nada que haya visto. El garabato en esta fase no tiene una función representativa sino que está basada en el desarrollo físico y psicológico. Hacen trazos incontrolados simplemente porque les produce placer. Les resulta agradable hacer garabatos porque disfrutan del movimiento que realizan al hacerlos.
EL GARABATEO DESCONTROLADO
El pequeño sujeta el lápiz como mejor le viene; con toda la mano,
desde la punta, con dos dedos, e incluso a veces del revés, pero
generalmente ejerciendo mucha presión sobre el papel. Todavía no tiene
control un control visual sobre su mano y realiza los trazos moviendo el
brazo desde el hombro, y a veces moviendo todo su cuerpo. Poco a poco
aprenderá a hacer el movimiento desde el codo y luego desde la muñeca y
los dedos. Es frecuente que se salga del papel.
El niño no tiene intención de representar en el papel (o en el soporte que sea) nada que haya visto. El garabato en esta fase no tiene una función representativa sino que está basada en el desarrollo físico y psicológico. Hacen trazos incontrolados simplemente porque les produce placer. Les resulta agradable hacer garabatos porque disfrutan del movimiento que realizan al hacerlos.
En la etapa de garabateo descontrolado hay que
proporcionarle al niño los materiales adecuados (ceras, folios, lápices
de colores, etc.) porque lo mismo que dibuja en un folio puede hacerlo
en un mueble, en una pared o sobre una mesa.
El niño no tiene intención de representar en el papel (o en el soporte que sea) nada que haya visto. El garabato en esta fase no tiene una función representativa sino que está basada en el desarrollo físico y psicológico. Hacen trazos incontrolados simplemente porque les produce placer. Les resulta agradable hacer garabatos porque disfrutan del movimiento que realizan al hacerlos.